
Una de las primeras recomendaciones es que hay que elegir el acabado adecuado al tipo de revestimiento que necesitamos: si vamos a colocar la piedra en suelos, los mejores acabados son el flameado o serrado para convertirlos en superficies antideslizantes. Por otro lado, el grado de protagonismo que se quiera dar a la piedra natural dependerá del diseño del conjunto. Si tenemos una chimenea en la sala de estar y queremos destacar su presencia, podemos revestir la pared de piedra natural. Con una buena iluminación, será el foco de atención de un ambiente a la vez rústico y cálido.
Del vestíbulo al salón

En salones, la piedra natural puede ayudarnos a separar ambientes colocada como revestimiento de paredes. Los formatos rectangulares cumplen una función estética: como fondo de una librería, para dar profundidad a un espacio o destacar algún área como el comedor. Además, la piedra te ayuda a dar continuidad a un estilo: puedes revestir la pared del salón con piedra caliza para crear la atmósfera de una casa de campo rústica o bien darle un toque de sofisticación colocando pizarra negra. Estilo industrial, nórdico o contemporáneo: la piedra natural juega un papel determinante para conseguir el ambiente deseado.
De la cocina al baño

En el lavamanos, en la ducha, en el suelo…. La piedra natural aporta una huella más agradable a los baños. Combinada con madera, consigue una decoración muy cálida y acogedora. Suelos de mármol apomazado, baldosas de mármol tallado, lavabos de travertino beige… las posibilidades se multiplican cuando hablamos de piedra natural aplicada en baños.
Del estudio al dormitorio
En los dormitorios, la piedra natural luce especialmente en pavimentos y en alguna pared. Calizas o pizarras pueden dar el contrapunto de color a alguna pared aburrida. En los cuartos de estudio, la piedra se puede utilizar en una pared para que sirva de fondo a un mueble bajo o para dar profundidad a una habitación.
Para más información, consulta la web de CUPA STONE.